Día 361 (27-01-2014) «doctora, viva en un hotel estos días»

Hoy tenía un propósito, recolectar la mayor cantidad de firmas para poder sacar mi certificado de médico rural… Así que me levanté temprano para escuchar a la Ministra Vance hablar sobre el Código Orgánico Integral Penal, para luego ir directo al Área de Salud número 1.

Llegué y el primer doctor al que busqué, no estaba, no sé si llegó más tarde… el problema es que ahora intentan inaugurar un Centro de Salud en Cotopaxi, así que todos van y vienen… corren, saltan… todo por lograrlo, eso implica que hay que tener un poco de suerte para encontrar a las personas en su lugar de trabajo… a menos que quieras ir a buscarlos en donde construyen la obra…

Decidí cambiar el plan y fui a buscar las otras firmas, conseguí dos, luego terminé con «mamá» Racines uno de los informes que tengo que presentar, caminé por los pasillos, hasta que me encontré con la encargada de farmacia del Área que también tiene que firmarme la hoja… recién la conocí porque es nueva en su cargo, así que cuando me presenté me dijo «uy! no puedo firmarle la hoja porque ustedes en Patután tienen muchos faltantes»… en ese momento yo descubría esa realidad, que me parecía extraña, porque el último inventario salió bastante bien… así que le pregunté que cómo podría ayudarme, pero, sorpresa! ella también se iba al nuevo Centro de Salud, así que me dijo que regrese en la tarde «para ver cómo le puedo ayudar».

Esperé horas, hasta que sean las cuatro de la tarde, mientras tanto llamé a Mayra que es la jefa de Patután, le conté y dijo que ella iba en la tarde junto con la encargada de farmacia… para ese momento me di cuenta que no lograría recolectar todo hasta este viernes… y todo se complica… el arriendo se acaba, el tiempo también, las ganas de volver a casa, el enviar las cosas… no saber si ir a Loxa mientras las cosas se arreglan, ir a Quito, que está cerca y me permitiría viajar más seguido…

Llegué a las cuatro de la tarde, entonces empezamos a aclarar aquellos «faltantes»… resulta que la persona que estaba encargada, no hizo los ingresos y egresos de algunos medicamentos y por eso el registro en el Área, no coincide con el de Patután… por eso se supone que nos faltan, por ejemplo dos mil Paracetamol en tabletas, DOS MIL… En un momento decidí decirle a la encargada de farmacia que esta era mi última semana, que soy de Loxa, que ya se termina mi arriendo de enero y que mi intención es hacer los trámites durante estos días y que con este problema va a ser imposible… entonces escuché algo que más que deprimirme, me llenó de indignación, me dijo «doctora, viva en un hotel estos días», así de bien está el mundo, cuando la empatía es utopía, cuando tu trabajo bien hecho vale poco para alguien que ni te conoce, para quien eres solamente un poco de faltantes en una percha de medicinas… para alguien a quien debes pagarle una cantidad de dinero que corresponde a aquello que falta en tu unidad operativa… y que solamente ahí te dan su firma.

Somos lo mismo que un pinche interno pero con un sello que dice médico… somos bodegueros, emperchadores, secretarios, máquinas de recetas… y somos médicos para cuando te piden informes y cosas de un día para el otro… pero cuando tu necesitas algo… eres un número más, un nombre más en el rol de pagos… con suerte te verán como altanero… a veces… ni se acordarán de ti.

Y luego de pensar… la solución a todo esto, es como siempre por el mismo medio, «hacer un oficio a la jefa, para que autorice, de el visto bueno y así poder modificar el documento…», burocracia!.

Ya nada… mañana será otro día

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