No sé si estoy lista para este día, no lo supe nunca… Sabía que llegaría, pero no pensé que llegaría tan rápido.
Un año ha pasado y bien dicen que cuando uno hace algo que le gusta, el tiempo no deja de escaparse.
Quien diría que mi rural sería en un lugar jamás imaginado… si uno pasa planeando todo… pero Patután tenía mi nombre y yo… yo lo hice parte de mi.
¡Cuánto he crecido en este año!, vivir lejos de casa, sin ningún conocido cerca… labrando camino para sembrar un sueño… hoy miro aquel sendero y ya encuentro frutos, porque he sembrado a pulso y he creído que era posible.
Mi vida se ha transformado, mi profesión también! cuando imaginaba ser médico, jamás imaginé que sería así, así de doloroso a veces, así de difícil otras… así de gratificante, cuando los niños a quienes has curado corren a abrazarte y llenarte de besos… fui doctora en un lugar inimaginable y fui una doctora que tampoco imaginé que sería.
¿Que si me duele irme? me duele hasta el tuétano! porque no sé qué pasará luego, con mi gente de Patután, no sé si las neumonías volverán, si los dolores serán más grandes, no sé si un día recogerán la basura… no sé, porque no estaré ahí… me duele porque me faltarán los abrazos de mis enanos, porque sé que crecerán y yo tampoco los veré… me duele porque tengo miedo que un día me olviden, mientras yo los lleve conmigo en cada paso.
También siento ilusión, por esos días mejores… porque se viene un centro de salud nuevo e innovador, porque estarán más cómodos, porque podrán aprender a hacer actividades que mejorarán su salud, porque tendrán personas que las guien, porque el equipo de trabajo será más grande.
A veces creo que no pude hacer todo lo que deseaba… y eso enoja un poco… es como sentir un pendiente, pero en la medicatura rural siempre hay puntos suspensivos… solamente anhelo que esos puntos suspensivos que hoy dejo, no sean los mismos que queden para el siguiente doctor en #ruraleando, sino que cambien, que las vidas cambien, que las historias cambien.
Me asusta lo que viene, porque empiezo la verdadera etapa de buscar trabajo, de esperar a la convocatoria de posgrado, de entrar a uno, de seguir creciendo, escribiendo historias… de seguir luchando desde cualquier trinchera.
Me duele el alma, esa es la única verdad, siento que me dejo en este lugar, cuyo nombre no podía ni pronunciar los primeros días y que hoy se siente como mío, como si hubiera pasado más de un año aquí… como si me la hubiera jugado todo por este sitio que nadie conocía y que a muchos ha llegado por medio de este blog.
Siento orgullo de haber hecho realidad el propósito de la medicatura rural y de contarla diariamente, he sentido el cariño, el enojo, la ilusión, la impotencia, la solidaridad de muchas personas que lo leían… que estando lejos me acompañaban en cada post nuevo.
Aquí está mi vida de médico rural, escrita en 366 entradas de un blog que era eso, un simple blog entre miles de blogs en el mundo… hoy ya ni se siente como blog, se siente como oportunidad, se siente como victoria, se siente como proyecto, como presente y futuro…
GRACIAS INFINITAS a todos ustedes que poco a poco cayeron en esta aventura, por ser mis colegas en cada escrito, por ser mi energía, por convertirse en mi voz… por estar cerca…
Alguna vez leí una frase que dice:
Si tus sueños no te asustan, no son lo suficientemente grandes
Les presento el lugar donde hice realidad mis primeros sueños, como médico rural.