Día 355 (21-01-2014) papá y su rodilla nueva

Hoy viajé nuevamente a Quito, papá tenía control de su nueva rodilla. Han pasado cuatro meses desde su cirugía, entre sube y baja de dolores y emociones… las cosas han salido bien, aunque papá estaba un poco incrédulo.

El colmo de todos los médicos es que la mayoría de las personas te reconocen como uno, excepto en tu familia, ellos son la minoría… los que se automedican, los que toman los productos naturales, los que ven algo en la televisión y creen que es la salvación a sus dolores… si le sumas un proceso postquirúrgico, no te creerán mucho, hasta que un doctor «grande» les diga lo mismo que les dijiste tu.

Eso nos pasó hoy, cuando el Dr. Paliz que es el traumatólogo que operó a mi papi y que fue mi maestro en mi rotación de traumatología y ortopedia en el internado, le dijo que está muy bien, que se sorprende de su avance. Solamente en ese momento, mi papá creyó todo!. Por mi no hay mucho conflicto mientras se sienta animado y siga adelante con su recuperación.

Almorzamos con mi ñaño José, conversamos de cómo nos va, de los cambios que a veces damos en la vida… estábamos muy contentos, siempre es bueno disfrutar el tiempo en familia, así sea corto.

Mientras esperábamos que el taxista llegue a recoger a papá, me encontré con una maravillosa sorpresa… Mónica cruzaba la calle, con una gran sonrisa… y se dirigía hacia mi, aún no la reconocía, hasta que la vi de cerca y era ella… la valiente y alegre «Mónica»… me cuenta que está bien, que sigue en controles con el oncólogo… me muestra su cabello largo y rizado. Son esas alegrías de mi profesión que no se pueden describir.

Más tarde, la terapia de la risa con Andrea e Italo… en la noche micheladas, vino, pasta… y más risas.

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