Desde que empecé a trabajar en Mulaló, me despierto más temprano, a eso de las seis de la mañana, salgo de casa cuarto de hora antes de las siete, hago el mismo recorrido hasta llegar al terminal de buses… dentro del recorrido está pasar por la «plaza del Salto», por ahí pasan muchos buses, entre esos, los que vienen y van de Patután…

Hoy me sorprendería al ver a una de mis ex pacientes de Patután, saludamos de lejos con una gran sonrisa, pensé que eso sería todo… pero no alcancé a dar un paso adicional y sentí que alguien me tomó del brazo con fuerza, lo siguiente que escuche fue un «HOLA DOCTORITA!!!» miré hacia abajo y estaba ahí una de mis viejitas favoritas!!! paciente de todos los meses, ojos azules, carita llena de arrugas… era María!!! la abrazo con fuerza, me abraza… tenía mi alma retorcida de nostalgia y alegría… entonces me dice «ya he de ir para que me revise»… entonces descubrí que aún no sabía que yo ya no estaba en Patatús… entonces la miro y le digo «ya no estoy en Patután, estoy trabajando en Mulaló» y me mira, me hace un puchero… y me dice «yo si le dije, no se irá haciéndonos enseñar a usted»… YA! ese momento se me sacudió tondo dentro… me cayeron encima los diez meses que compartí mi vida con la gente de Patután! mi primer consultorio médico, mis primeros sustos, mis primeros diagnósticos, mis primeras neumonías… ahí fui doctora, ahí empecé… ahí mi vida fue tocada por tantas personas y experiencias…!!! y yo… yo iba camino a tomar un bus que me llevaba a otro sitio… donde vivo nuevas experiencias, donde conozco mucha gente… donde también me siento cómoda…

Hoy he sentido eso que canta Serrat y que ha escrito Antonio Machado…

Todo pasa y todo queda,

pero lo nuestro es pasar,

pasar haciendo caminos,

caminos sobre la mar.

Nunca perseguí la gloria,

ni dejar en la memoria

de los hombres mi canción;

yo amo los mundos sutiles,

ingrávidos y gentiles

como pompas de jabón.

Me gusta verlos pintarse

de sol y grana, volar

bajo el cielo azul, temblar

súbitamente y quebrarse.

Caminante, son tus huellas

el camino, y nada más;

caminante, no hay camino,

se hace camino al andar.

Al andar se hace camino,

y al volver la vista atrás

se ve la senda que nunca

se ha de volver a pisar.

Caminante, no hay camino,

sino estelas en la mar.

«Cantares» Joan Manuel Serrat