Día 337 (03-01-2014) la persecución de los pacientes

Que alegría siento cuando las pacientes me persiguen para preguntarme si es mi semana de atención, porque quieren que examine a sus pequeños… no dejan ni que coloque mis cosas en un escritorio y ya empiezan las preguntas… «cuándo se va?, no se vaya! quédese aquí!, ojalá me toque el turno con usted».

Once meses me han permitido ganarme un pedacito de todo el cariño de las personas que llegan al subcentro en busca de ayuda… con unas tengo más confianza que con otras… por eso a unas me las abrazo y les hago bromas… les pregunto cómo van? si se han portado bien…

Duele pensar en que llegará ese día en el que esos abrazos ya no se podrán dar… que ya no cruzaré las puertas mientras mis loquillas pacientes me preguntan cosas… ya no cruzaré la calle para que Génesis corra hacia mis brazos y pueda cargarla.

… pero ahí definitivamente he dejado gran parte de mi vida… y eso es hermoso! es hermoso sentir que me he dejado mucho ahí.

Así que a seguir aprovechando estos días con aquellos que se han convertido en parte de mis compañeros de ruta.

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