La conocí en mis primeros días como médico rural, trabaja en la escuelita de a lado, la «Ramón Páez»… tiene una energía que llama la atención y casi siempre se la ve seria.

Todos los días nos encontramos a la hora del almuerzo, pero casi nunca hablamos… o por lo menos nunca hemos hablado como hoy…

Y claro! la hora del almuerzo es tan corta porque en mi caso debe ser media hora y me la paso hablando con Don Andrés, Anita, las profes, hasta los choferes de los buses… entonces el tiempo se queda corto.

Hoy salí más temprano de regreso a Latacunga… y encontré a la profe Marianita en el bus, así que me senté junto a ella y lo que parecía un recorrido usual… se convertiría en mi mejor recorrido en bus de todo este año de #ruraleando.

Marianita está loca! cuando digo loca, me refiero a esas locas como yo que piensan y sueñan con cambiar el mundo… Si la escucharan hablar! yo de verdad quería repetirme el colegio, pero que ella sea mi profe!. Se refiere a sus alumnos con esperanza, con cariño, con ilusión… los sueña mejores, sacando su máximo potencial…

… los ojos le brillan, el tono de su voz se eleva cuando habla apasionadamente de lo que se puede hacer con ellos, de cómo ahora ya no se castiga a los alumnos sino que se les da tareas para que mejoren sus calificaciones…

Habla de las miradas de los niños, de su actitud, de su energía… del mundo que llevan dentro…

Está loca! y me potencia la locura! yo haría proyectos con ella, CLARO QUE SÍ!

Imagino a sus alumnos, más de uno debe sentir que ella ha dejado una huella en sus vidas, seguro que la estiman, que la respetan…

Que alegría conocer personas como ella! qué alegría saber que hay esperanza cuando hay personas que transmiten esa gran energía… lo mejor de todo es que es maestra! no es profe, es maestra! y tiene la oportunidad de transmitir todo eso que lleva dentro a aquellos adolescentes que recién empiezan a intentar comprender este mundo.