Escrito el 31 diciembre, 2013
por niches13
Hace un año, sospeché que a lo mejor este 2013 podía ser un gran año, mi sospecha se fundamentaba en que el 13 es mi número favorito… así que talvez ese número podría regalarme algo de alegría…
Así empecé el 2013
«Esta va por todos aquellos sueños… Que se encienden igual que las luces que indican un nuevo año»
Lo que vendría después, sería incluso más de lo que imaginé que podría vivir en un año:
!Terminé la tesis!, la diserté el 7 de enero… ya así haría uno de mis sueños realidad, me convertí en médico, después de años de reír y llorar, después de pasar ciclos y perder otros… pero ahí estaba, firmando el acta de grado, porque siempre creí que era posible, porque siempre he creído que los sueños dejan de ser sueños cuando uno trabaja para hacerlos realidad.
En febrero inicié aquel año con el que había soñado, mi año de medicatura rural, me fui lejos de casa, a Latacunga, una ciudad fría, desconocida… pero con una meta por cumplir, vivir la medicatura rural al 100%, así fue como nació este blog en el que escribo sobre el último día del año.
En marzo sería la incorporación como oficial médico de la patria… se me ocurrió la gran idea de en lugar de lucir el típico vestido, usar una camiseta que diga «future doctor» porque ya no era futura doctora, ese día YA era doctora. Una doctora FELIZ!
La vida seguiría sorprendiéndome, pero la mayor parte del tiempo, lejos de casa… y no porque «nadie es profeta en su tierra», sino porque creo que donde quiera que uno vaya, siempre hay que dejar una huella… y eso he hecho, lo digo con mucho orgullo pero sobre todo con humildad.
La mayor culpa de esta indescriptible felicidad que he venido sintiendo tiene un nombre: #ruraleando, que empezó siendo un diario de una médico rural… y se convirtió en la oportunidad para expresar alegrías, tristezas, injusticias, impotencias… poco a poco se ganó un espacio en la web y sobre todo en la vida de muchas personas, colegas y otros que sin ser colegas se sintieron identificados con muchas historias que se han quedado grabadas aquí, para siempre!.
Los días seguirían pasando, las historias llegarían solas y yo las iba escribiendo en piedra… para que luego mujeres maravillosas como @AndreSamaniego_ (#ruraleando en EcotelTV), @dane_gallardo (#ruraleando en Global Voices), @mariapazza (#ruraleando en El Comercio), crean que #ruraleando debería también escribirse en piedra.
Las reuniones con el Ministerio del Interior y con el Ministerio de Salud me enseñaron que siempre es posible llegar más lejos, si es que en lugar de solamente quejarse, se propone nuevas ideas y se cree tanto en ellas que se insiste lo suficiente como para que algún día te escuchen.
Ahora #ruraleando ya no es solamente mío, sino de aquellos que creen que se puede mejorar la salud pública de este país, de aquellos que saben que es posible, de aquellos que no esperan a que se haga, sino que lo hacen… por eso la necesidad de mostrarles #ruraleando para los nuevos médicos rurales.
Entre los momentos más tristes de este año, pues la abuelita Sara cumplió noventa y cinco años en enero y tres meses después, decidió irse con mi abuelo Segundo… mientras que en septiembre un día después de la cirugía de papá, el abuelito Miguel también decidió irse… y así perdí a mis dos últimos abuelos.
Cuánto he crecido en este año… en lo profesional puedo decir que los seis años en la universidad, no me enseñaron tanto a ser médico como este año, en el que la vida de los pacientes que han llegado hasta mi Patatús me han dado lecciones de ser médico y de ser persona.
No he sentido tanta felicidad NUNCA! Hoy miro atrás, veo el camino recorrido, hago aquello que Jobs decía «unir los puntos hacia atrás», entonces veo que todo me ha traído hasta aquí, los dolores inmensos, aquel diciembre hace años, en el que hasta respirar me dolía… hasta eso me ha traído aquí… para poder decir ESTOY VIVA Y HE HECHO REALIDAD MIS SUEÑOS.
Hoy tengo más sueños para el año que viene y talvez para los siguientes años, si se cumplen será por la inmensa bondad que Dios tiene conmigo. Por el apoyo de mis padres y hermanos que siempre caminan conmigo y que me regalan tanta alegría… y si no se cumplieran, será porque hay otros que esperan que los encuentre.
GRACIAS infinitas a quienes han creído que todo esto es posible, tanto que hasta hay un #ruraleando libro!.
… y a quien camina conmigo SIEMPRE, enseñándome a pescar y ayudándome a crecer… a volar «alto, cada vez más alto».
¡QUÉ GRAN AÑO HEMOS VIVIDO!
«La colina de la vida»
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