No creo mucho en festejar los cumpleaños… Creo que el día de cumpleaños es solamente una excusa, es el día a día lo que realmente nos hace sentir especiales, vivos, importantes o pasajeros…

Llevo conmigo todos los momentos de mi vida, los más felices, los más dolorosos… a todos los llevo como tesoros… llevo orgullosa mis cicatrices, porque cada vez que las miro de nuevo, veo que ahí hubo algo que dolió un tiempo y que luego sanó… ahí está la marca…

Talvez, por no decir que estoy casi segura… este ha sido uno de los mejores años de mi vida! lleno de logros y satisfacciones, la más grande de ellas, pues ha sido convertirme en médico… ese sería el inicio de un camino maravilloso, que he ido recorriendo a pulso, disfrutando del paisaje, disfrutando el recorrido!

Cuánta alegría me ha traído mi profesión! tantos nuevos retos planteados, tantos sueños nuevos!

Decidí festejar mi cumpleaños en Loxa! y también decidí regalarme hoy, abrazos… abrazos pendientes, abrazos que no siento hace años… Así que desde muy temprano empecé la misión. En la mañana Doris me entregaría un regalo, cuya tarjeta empieza con el texto «antes de que seas ministra…» acompañada de una cartera, porque dijo que la necesitaré en algún momento.

Luego desayunamos, Omid, Doris… y uno de mis abrazos pendientes… mi mejor amigo Diego, al que hace tanto no veo… que hermoso volver a compartir un pedacito de cumpleaños con él! que maravilloso poder desayunar con mis grandes amigos!.

La siguiente etapa, era otro abrazo… decidí regalarme por mi cumpleaños, conocer al segundo hijo de mi mejor amigo… fuimos a la casa, ahí estaba Tati… con su hijo… Santiago… me enamoré!!! lo cargué en mis brazos… sería el abrazo más grande entre unos diminutos brazos.

Pero aún tenía pendiente un abrazo… el de mi mejor amiga de toda la vida… mi Cristy! así que fui a buscarla en su trabajo! llegué, la abracé tanto!!! CUÁNTO LA EXTRAÑABA!!!.

El almuerzo fue en casa, con la familia… ya José está en Quito… pero el resto, almorzamos juntos… en la tarde.

Mamá compartió su tarde conmigo, caminamos por las calles, reimos, nos detuvimos varias veces para hacer cualquier cosa… pero estar juntas…

En un momento de la tarde, recibí la llamada de @mariapazza, me preguntó dos cosas sobre #ruraleando… me deseó feliz cumpleaños y dejamos pendiente el festejo en Quito…

… se descargó mi teléfono…

y apenas llego a casa… lo conecto al cargador… y encuentro TREMENDO REGALO DE CUMPLEAÑOS!!! era ella, la dueña de los ojos verdes! la Pazhita como yo le digo!!! era ella la que me regalaría la alegría más grande en este cumpleaños!

#ruraleando en el Diario El Comercio Ecuador!!!

Sentí tanta felicidad, que lloré! por todo lo que tuve que vivir tantos años, para llegar a este día! a esta felicidad tan prolongada… tan grande que me asusta… me asusta porque creo que hasta se puede morir de tanta felicidad.

Vienen a mi mente los años de estudio, los exámenes reprobados, las tristezas, los dolores, los primeros pacientes… porque en esos días… tan duros y difíciles… también pensé detenerme, botar la toalla y caminar por otro lado… Pero no! seguí! caminé, con dolor, pero caminé! y el camino me ha traído aquí! acompañada de gente maravillosa con la que he compartido varios momentos, gente que alegraría mi vida, que me sostuvo cuando la carga era muy pesada… incluso aquellos que creyeron que era imposible que lo logre… incluso ellos han hecho que llegue hasta aquí.

Hoy he cumplido 29 años!!! y he tenido uno de los mejores años de mi vida!!! y estoy llorando!!! de felicidad!!! DE FELICIDAD PURA!!! de ilusión! de esperanza!!! lloro porque creí que era posible… porque lo he cumplido!!! porque lo he demostrado!!!

¡Se puede estar tan loco como para soñar que se puede cambiar el mundo, y sentirse feliz de estar tan loco!

He terminado este gran día, acompañada de grandes amigos, que han decidido sorprenderme al reunirse en mi bar favorito, para compartir conmigo tanta felicidad!

… y si  «el niño que miraba el mar» me viera… le preguntaría lo mismo… le preguntaría si alguna vez logró mirarnos así!