Archivo para amistad

Día 364 (30-01-2014) las maletas están hechas

Me dormí en la madrugada porque empecé a hacer las maletas para el regreso… era inevitable recordar cuando las hacía para venir a este sitio desconocido, para vivir un año lejos de casa, sin conocidos cerca…

Lloraba tanto aquella noche en Loxa, imaginando lo que se me venía encima, todo era desconocido… hoy… las maletas van un poco húmedas, porque también he derramado lágrimas… cuánto he aprendido en este tiempo, cuan diferente soy de lo que vine… cuanta gente nueva tiene ahora un lugar en mi vida…

Dos maletas, dos maletas negras… y en ninguna entra esta gran historia escrita!

Me he pasado seis horas de este día, persiguiendo gente, presentando informes, mendigando firmas, presentando oficios para agilitar los trámites de farmacia… y solamente dos de las personas que me firmaron la hoja, se detuvieron a hablar conmigo y a aconsejarme para lo que vendrá, la licenciada Coba con quien compartimos pocas veces, pero que siempre nos halaba las orejas porque no cumplíamos las metas con el programa de tuberculosis, hoy… mientras revisaba los informes, nos dijo que nos desea lo mejor, que hagamos siempre bien las cosas, donde sea que vayan, hagan lo mejor. Se me llenan los ojos de lágrimas de recordar eso, a veces uno cree que no le importa mayor cosa a la gente, pero un día, cuando ya te vas, te regalan unos minutos para darte ánimo y aconsejarte… esa es la verdadera razón de #ruraleando, porque esto no se ve en los informes ni papeles… esto se lleva dentro, para siempre… porque te cambia por completo.

La otra persona, fue la Dra. Grace, que dice que va a extrañar con quien pelear, es que siempre le refutaba cosas, sin embargo nos llevamos bien, siempre nos respetamos y nos tuvimos cariño… le dije que ella ha sido una de las mejores personas que he conocido en el año, porque lo es!, pudimos discutir muchas veces, pero jamás hubo falta de respeto, mucho menos de cariño. Por eso es importante.

Y siento aquello que Ismael Serrano describe como «principio de incertidumbre»

Puede que todo siga igual.
También puede que no sea así.
Quizás banderas blancas
tu habitación alumbren
y mi amor esté cerca
y los dioses duden.
Y este sea un buen principio,
principio de incertidumbre.

Día 358 (24-01-2014) almuerzo de despedida en Patután

Suena tan cansón como escribirlo, pero los informes son el pan de todos los días.

Pero hoy… hoy sentiría mucha felicidad!. Mis compañeros del subcentro de salud de Patután, me invitaron a un almuerzo ahí, en nuestro subcentro… un almuerzo de despedida.

Antes del almuerzo, empecé a buscar a #ruraleando en la web… y me encontré con la grata sorpresa que la nota que @mariapazza escribió para El Comercio, es parte del boletín diciembre 2013 de eSalud de la Organización Panamericana de la Salud y Organización Mundial de la Salud (oficina regional para las Américas).

El Doctor Klever vino a recogerme, esperamos a Andre que hoy estaba trabajando en el Centro de Salud de Latacunga… llegamos a Patatús a eso de las cuatro de la tarde… y aún nadie almorzaba, porque era almuerzo grupal.

Sentía tanta alegría de volver… hice lo que hacía siempre, subía y abría la puerta del consultorio de mi querida Pauli, entré y empezamos a conversar, luego de varios minutos el almuerzo empezó.

Todo este año me pasé llenando mi alma de hermosos momentos, de aprendizaje, de experiencia, de grandes momentos… pero solamente hasta hoy, descubrí que cada día también dejó huella en todos nosotros. Mis compañeros empezaron a hablar, a regalarme sus palabras sinceras, llenas de cariño, de bendiciones… se siente tan bien saber que donde uno va deja una huella maravillosa, eso han hecho ellos conmigo y yo en ellos.

Mientras almorzábamos empezamos a contar las historias chistosas que hemos vivido, se podrían escribir libros solo de esas cosas, jaja… cada uno tiene un recuerdo cómico de sus días como rural… conversamos tanto que de repente eran las seis y media de la tarde y seguíamos ahí… esa era mi última tarde en Patatús, acompañada de mis compañeros de lucha… me faltó Mayra, que no pudo ir, de verdad la extrañé porque mis últimos días los compartimos entre historias, ocurrencias y risas…

El Doctor Klever me ha regalado un hermoso esfero… para seguir escribiendo a pulso las nuevas historias que vienen…

Prometí volver para cuando inauguren el subcentro de salud que iban a inaugurar en abril del año pasado… así que ahí estaré… recogiendo los pasos.

Hice la entrega formal del acta del equipo de nebulización y la medicación que donaron esos dos lectores de #ruraleando, a quienes no tenemos cómo agradecerles.

Era todo… era nuestra despedida… llena de momentos maravillosos, a pesar de la nostalgia… siempre llevaré en mi corazón al equipo de trabajo de mi Patatús!

mis compañeros de #ruraleando Patután

mis compañeros de #ruraleando Patután

Día 357 (23-01-2014) tacos y risas con los Gómez-Moreno

Los informes se siguen haciendo, el tiempo se me termina, me refiero al tiempo del arriendo pagado, enero ya mismo termina… y empiezo a preocuparme por el hecho de que no consiga recolectar las firmas de todos aquellos que hacen que al final, me entreguen el certificado de rural.

En la tarde y noche estuve compartiendo con Gabby y su familia, les llevé unos regalos a las nenas, el cumple de MIkaela fue la semana pasada, le regalé una oveja de peluche, para que nunca olvide el susto que nos dimos cuando cargué a la oveja bebé y su mamá saltó contra nosotras… y a Valentina le lleve una bolita que emite sonidos, porque está en la etapa de gatear, creo que le ayudará.

Hablamos, reímos como siempre y Richarth preparó tacos. Voy a extrañar mucho a esta familia Gómez-Moreno!.

Día 355 (21-01-2014) papá y su rodilla nueva

Hoy viajé nuevamente a Quito, papá tenía control de su nueva rodilla. Han pasado cuatro meses desde su cirugía, entre sube y baja de dolores y emociones… las cosas han salido bien, aunque papá estaba un poco incrédulo.

El colmo de todos los médicos es que la mayoría de las personas te reconocen como uno, excepto en tu familia, ellos son la minoría… los que se automedican, los que toman los productos naturales, los que ven algo en la televisión y creen que es la salvación a sus dolores… si le sumas un proceso postquirúrgico, no te creerán mucho, hasta que un doctor «grande» les diga lo mismo que les dijiste tu.

Eso nos pasó hoy, cuando el Dr. Paliz que es el traumatólogo que operó a mi papi y que fue mi maestro en mi rotación de traumatología y ortopedia en el internado, le dijo que está muy bien, que se sorprende de su avance. Solamente en ese momento, mi papá creyó todo!. Por mi no hay mucho conflicto mientras se sienta animado y siga adelante con su recuperación.

Almorzamos con mi ñaño José, conversamos de cómo nos va, de los cambios que a veces damos en la vida… estábamos muy contentos, siempre es bueno disfrutar el tiempo en familia, así sea corto.

Mientras esperábamos que el taxista llegue a recoger a papá, me encontré con una maravillosa sorpresa… Mónica cruzaba la calle, con una gran sonrisa… y se dirigía hacia mi, aún no la reconocía, hasta que la vi de cerca y era ella… la valiente y alegre «Mónica»… me cuenta que está bien, que sigue en controles con el oncólogo… me muestra su cabello largo y rizado. Son esas alegrías de mi profesión que no se pueden describir.

Más tarde, la terapia de la risa con Andrea e Italo… en la noche micheladas, vino, pasta… y más risas.

Día 354 (20-01-2014) Despidiéndome de Patatús…

Hoy concluí oficialmente mi labor como médico rural, me quedan dos semanas pero son las que corresponden a las vacaciones que no son tan vacaciones porque hay que hacer todos los trámites para que nos entreguen el certificado de rural.

Así que en eso pasaré mis días, haciendo trámites. Pero como los trámites son en Latacunga, ya no volveré a mi Patatús.

Decidí ir a Patatús hoy para despedirme, vuelvo a recordar lo vivido hoy y vuelvo a llorar como en la tarde. Las despedidas también son parte de la vida, y no porque uno diga adiós, sino un hasta pronto, pero creo que el dolor es porque no sabemos cuánto tiempo pasará hasta poder volver a abrazar a aquellos que han hecho tus días mejores.

Empecé en la «Villa Feliz», no podría tener mejor nombre ese lugar, ahí almorzaba todos los días, Andrés y Anita siempre estaban ahí esperándonos, preparándonos la comida… recuerdo cuando llegué, yo como toda persona nueva, era muy calladita… pero no pasó mucho tiempo hasta que empecé con mis locuras, mis risas escandalosas… terapia de la risa como complemento del almuerzo y para cerrar con broche de oro, Anita siempre me ofrecía «cafecito pasado»… así vivimos todo este tiempo, sintiéndonos amigos, conociéndonos, apoyándonos… tres desconocidos que con cada nuevo almuerzo empezamos a escribir una gran historia de amistad sincera y desinteresada, bueno ni tan desinteresada, porque los postres siempre eran motivo de interés.

Hoy que era mi último almuerzo con ellos, todos intentamos pensar que no era uno de despedida, todo iba bien, todo era parte de la rutina, hasta que yo tenía que cruzar la puerta, para talvez no volver a cruzarla en mucho tiempo… Así que como no tenemos una foto juntos, era el momento perfecto para grabar el último almuerzo como doctora rural, porque sé que en algún momento vovleré a verlos… y almorzaremos de nuevo, lo sé, lo añoro!. Entre risas y lágrimas nos abrazamos y despedimos, luego les dije que sería bueno ampliar la foto y pegarla en la pared, para que así no nos extrañemos tanto.

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Volví al subcentro caminando… y guardando cada paso y cada instante… también recordaba los primeros días cuando volvíamos todas caminando después del almuerzo… y también las mañanas cuando los buseros nos dejaban lejos porque tenían que «desayunar», así que nos tocaba caminar hasta el subcentro… hoy esos recuerdos ya no me enojaban, sino que sentía nostalgia… eso también era parte de #ruralear.

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Fuera del subcentro estaban Pauly, el Doc Klever y Pao… mis compañeros de trabajo… subimos porque quería entregarle a Pao el equipo de nebulización y la medicación que donaron María y David. Entonces empecé a conversar sobre la donación y luego empecé a desearle lo mejor a Pao, que realmente es bien chévere y nos conocemos un mes, sin embargo le tengo mucho cariño, creo que nos parecemos mucho.

… intentaba retrasar la despedida… pero hay un punto en el que sabes que es la hora de partir. Entonces empecé a hablar con Pao que recién empezó su rural, le dije que disfrute este tiempo a pesar de los enojos y dolores, que lo disfrute, que lo aproveche, que se mantenga firme en lo que cree y piensa… que no baje los brazos, que luche. Luego, empecé a hablar con el Doc Klever (el macho alfa del subcentro), es el único hombre que trabaja con nosotros, aprendí tanto de él, a trabajar en equipo, a ser jefa, a respetar a todos, a tomar decisiones… aprendí a quererlo a pesar que es de la Liga (jaja), ha sido mi compañero durante todo este tiempo, voy a extrañar mucho sus ocurrencias y su bondad y ayuda en todo momento… y durante todo este tiempo, no podía ver a Pauly, porque sabía que iba a llorar por litros, es que ella sí ha sido mi amiga y compañera durante este tiempo, hemos compartido tanto, las tristezas, las alegrías, los silencios, los enojos… tantas veces iba a su consultorio para contarle cosas, para desahogarme… o solamente para descansar. Pauly es mi amiga, no solamente era la obstetríz con la que trabajaba, Pauly es un gran regalo que me dio este año rural… entonces duele mucho despedirse de alguien que fue tu compañera durante tanto tiempo y que te ayudó siempre. Entonces… llorábamos mucho, porque duele despedirse… por eso también se llora, porque uno siente que hay un pedazo de vida propia que se queda en otra persona a la que has querido con el alma.

Luego de llorar y secarnos los mocos, decidimos tomarnos las fotos del recuerdo, faltaban muchas doctoras y odontólogas, pero habían tenido una reunión en el área, así que nos tomamos la foto los que estábamos, hay tantos hermosos recuerdos que llevaré conmigo, entre ellos estas fotos con mis compañeros y amigos.

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Y cuando pensé que había llorado suficiente, la puerta se abrió… y ahí estaba el niño que me ha alegrado la rural desde que nos conocimos, Miguel… antes le decía Miguelito, pero ahora el dice «soy Miguel, ya soy grande». Lo vi en la puerta y empecé a llorar, pero le sonreí… y le dije «hola»… se acerca, lo abrazo, me abraza… no podía más… el alma se retorcía al máximo… ahí estaba MIguel, mi enano consentido… llegó para despedirse, me contó que vino corriendo, rápido… también me contó que ya es amigo de Pao, la doctora, que es su paciente. No podía parar de mirarlo… y se me iban las lágrimas, Miguel llegó a mi vida de una manera inexplicable… me regaló alegría y esperanza… me dejó dentro ese ángel que lo acompaña siempre. Le pedí otro abrazo… y nos tomamos la foto de recuerdo, aunque en esta foto no me regala una gran sonrisa.

Había llegado el momento, tenía que salir de ahí… Salí del subcentro y me fui a la tienda de la esquina, donde durante un año, todas las mañanas compré Doritos y té para «desayunar», me despedí de Don Francisco y María, también de sus hijos… siempre fueron muy buenos conmigo, lo mínimo que podía hacer era darles un abrazo de despedida.

Subí al carro de Pauly, vino a dejarme hasta el área de salud en Latacunga, pero no me despedí, no me despedí aún de mi amigocha… porque quiero verla en estos días que quedan, porque me resulta difícil irme.

Hoy he sentido esa nostalgia de irme de un lugar que no era mío al inicio, pero que al final es parte de mi vida, que convertí en mío porque he dejado mi vida ahí…

Volveré! eso espero… Volver! porque «uno vuelve siempre a los viejos sitios donde amó la vida», y yo amé mi vida en Patatús.

Canción de las simples cosas

(Armando Tejada Gómez – Cesar Isella)

Uno se despide insensiblemente de pequeñas cosas,
lo mismo que un árbol que en tiempo de otoño se queda sin hojas.
Al fin la tristeza es la muerte lenta de las simples cosas,
esas cosas simples que quedan doliendo en el corazón.Uno vuelve siempre a los viejos sitios donde amó la vida,
y entonces comprende como están de ausentes las cosas queridas.
Por eso muchacho no partas ahora soñando el regreso,
que el amor es simple, y a las cosas simples las devora el tiempo.Demórate aquí, en la luz mayor de este mediodía,
donde encontrarás con el pan al sol la mesa tendida.
Por eso muchacho no partas ahora soñando el regreso,
que el amor es simple, y a las cosas simples las devora el tiempo.
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