Los pacientes son pocos y somos tres doctoras prestando servicio en medicina general, así que luego de atender los pocos pacientes, existe un momento de silencio marcado, que a lo mejor llega a romperse con el llanto de algún pequeñín que ha tenido que ser vacunado.

Faltando unos minutos para firmar la salida, decidí bajar a archivar las historias clínicas del día de hoy, salí y desde el segundo piso vi un grupo de mujeres con cuaderno y lápiz… Me detuve hasta descubrir quiénes eran

Creo que desde que empezó la cuenta regresiva de #ruraleando… La nostalgia viene y va conmigo todos los días… Por ende ando tan sensible que lloro con mucha facilidad.

Eran las alumnas de alfabetización! Yo no podía más de la emoción, así que me quedé ahí parada, viéndolas escribir… Cada una con su cuaderno, con su lápiz, con su bolsita del Ministerio de Educación… Todas escribiendo números, donde está escondida la esperanza.

Así que empecé a llorar de la emoción, si hay algo que me ha emocionado durante este tiempo, es saber que muchas de mis pacientes han decidido inscribirse en la alfabetización, la mayoría tienen más de cuarenta años, pero ahí están, aprendiendo, aprovechando la oportunidad que años atrás de les negó, por machismo, por pobreza, por lo que haya sido… Pero ahora ellas escriben y leen… Ellas lo han logrado con ayuda de este tipo de programas que sí hacen que la Patria avance.

Soy feliz! Lo soy al verlas a ellas! Sentadas aunque sea en el piso, pero escribiendo. Según lo que me dijo la tutora, son 25 personas, a veces algunas faltan por motivos de trabajo o algo familiar… Pero ahí van!

Siento esperanza! Siento alegría y emoción!

Hasta me encontré a Emilia que andaba toda concentrada en la lección que con las justas saludamos.