Día 217 (05-09-2013) hoy imaginé ser madre…

Todo iba como van la mayoría de los días en Patatús… hasta que al medio día, mi celular viejo que es mi único medio de comunicación telefónica y que toma fotos solo… empezó a sonar, número desconocido, contesto, preguntan por mí, un hombre con acento cubano, se presenta como Camilo para luego decirme «soy del Ministerio del Interior», en ese momento a mí ya se me congeló todo el «gasto cardiaco», no podía creerlo… de hecho recién empiezo a creerlo!. Continuó diciendo «su propuesta nos parece interesante, nos gustaría saber si es posible que coordinemos para reunirnos y hablar sobre la misma»… yo solamente sonreía mientras grababa cada una de esas palabras como un tesoro… Le comenté a Camilo sobre mi viaje en unas semanas a Quito, así que establecimos la posibilidad de reunirnos en Quito y conversar sobre el tema.

Así que si todo sale bien, dentro de poco podría contarles con respecto a un proyecto serio entre el Ministerio del Interior y esperemos que el Ministerio de Salud se sume… sino pensaremos en el plan b… aunque espero de todo corazón que el Ministerio de Salud no se quede atrás con esta iniciativa.

Pero la alegría me duraría unas horas… o por lo menos cambiaría a lágrimas y tristeza en el transcurso de la tarde…

Eran las tres de la tarde, llega una niña de unos aproximadamente 12 años con una bebé en brazos, diciéndome «vengo para que le vea el dedo, porque la doctora dijo que hay que revisarle», después de buscar la historia clínica, vi que hace unos días llegó por un absceso en uno de los dedos de la mano… La niña tiene año tres meses y parece de seis meses, desnutrición crónica, descuidada, anémica, pálida… tiene una hermana gemela, nacieron en la casa, madre sin controles prenatales, sin lactancia materna y alimentadas con leche de vaca… la niña que la trajo al subcentro es una de sus hermanas, la mayor, aparentemente, que la cuida después de que llega del colegio porque en las mañanas la bebé se queda con sus hermanos de cinco, sí! CINCO años, que la «cuidan»… «¿está tomando medicamentos?» fue lo que pregunté, a lo que respondió que no! sin embargo la enfermera supo decirme que los días previos le entregó antibióticos y analgésicos para la bebé… yo ya no entendía nada, era demasiado… tenía que drenarle el absceso, lo que implicaba pincharle el dedo… luego llega la obstetríz  y me cuenta que hace meses la anterior médico rural intentó enviar a esta niña a su gemela al hospital y los padres se negaron a llevarlas…

Sí! la única palabra que se me viene a la mente es «maltrato», una niña de año tres meses que no habla, que recién gatea, que aparenta seis meses… que está descuidada… sucia… ME PARTE EL ALMA! no sabía, no sé qué hacer… intenté drenar el líquido dentro del dedo, pero nada salía, necesito que la madre la lleve al hospital, pero la madre no estaba… decidí mirarla mientras estaba acostada… imaginé ser madre… por primera vez imaginé si yo pudiera ser la madre de esa pequeña… si pudiera cuidarla, alimentarla, enseñarle a caminar, a comer, a hablar… un día leerle «El Principito»… la levanté entre mis brazos y lo único que me pesaba era su historia, porque ella… ella es tan… tan pequeña… tan vulnerable… empecé a llorar y lloré por horas y sigo llorando mientras recuerdo sus ojos negros, sus manos y uñas sucias…

Tantas personas que añoran tener hijos, que los esperan… y que no logran tener uno meciéndose en sus brazos… y ahí estaba mi chiquita… indefensa… porque si pudiera hablar, tanto diría… tan olvidada, tan descuidada… tan…

Pienso en ella… lloro por ella… le pedí a la hermana que le diga a la madre que vaya al subcentro para enviarla al hospital para que reciba tratamiento… y temo que no lleguen más… ese es mi temor más grande…

Hoy imaginé ser madre…

3 comentarios

  1. […] mejor de este día se resume en la llegada de mi pequeña junto a su hermana y su madre… luego de hablar durante varios minutos con María, la madre […]

  2. […] han llegado las pequeñas gemelas a recibir sus dosis de vacunas de las que estaban pendientes, creo que todo va bien luego de […]

  3. […] poco empezamos a contactarnos primero cuando les volví a mostrar la propuesta, luego recibí una llamada telefónica que llenaría mis días de ilusión y además me mostraría que no he arado en el mar, sino que […]

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