Día 175 (25-07-2013) «quiero ser pediatra»

Erika y Alex entraron al consultorio acompañados de su madre, decido primero atender a Erika, que llegó con resultados de exámenes de laboratorio, que reportaban normalidad… mientras escribía todo, decido preguntarle si ya está de vacaciones, cómo le fue, qué hace estos días… me contesta todo con una espontaneidad increíble… entonces le pregunto «¿qué te gustaría ser cuando ya seas mayor?» y me responde «quiero ser pediatra» mientras los ojos le brillaban… puedo jurar que Erika se veía en mi silla cuando me dijo eso… le sonreí y le dije, entonces serás mi colega! luego le pedí que pase hasta donde esta la camilla y así examinar a la futura pediatra… luego de todo el trámite de preguntas y examen físico, decidí darle vitaminas, porque todo está normal en su cuerpo…

Era el turno de Alex, que tampoco tenía molestias pero que estaba ahí por «control de niño sano» como lo llamamos los que trabajamos en salud. Le pido al enano que se acueste en la camilla, le ausculto el corazón, los pulmones, la panza… le hago cosquillas… y… digo «a ver doctora, venga por favor a escucharle el corazón a su hermano», Erika no puede creerlo… se acerca riendo, le coloco el fonendoscopio y le hago escuchar el corazón de su hermano, luego la panza… los ojos le brillaban, no dejaba de sonreír… y yo feliz!, luego le pregunto a Alex si deseaba escucharse el corazón, la respuesta fue sí, así que le coloqué el fonendoscopio y su risa nerviosa me hizo saber que ya escuchó ese tamborcito que llevan dentro…

Talvez un día vea a Erika vestida con scrubs, mandil y un fonendoscopio rodeando su cuello… talvez no, pero hoy… hoy seguro que fue doctora y fue pediatra de su hermano!

Horas después iría a casa de Don Avelino con su sobrina Emilia, para chequearlo de su presión y cualquier molestia que tiene, porque tiene 89 años y no puede moverse mucho… Conversamos, Avelino me pregunta «¿doctorita, de dónde es usted?», le respondo que de Loxa y me regala un «fuuuuuuuuu, bien lejos!»… Decidí quedarme a conversar un rato con ellos… Emilia me contaba de cómo antes era tan difícil para ella acceder a medicamentos para su dolor de pierna que era tan intenso que no le permitía ni caminar, «ahora ya dan todo en el subcentro, con eso mire, ya camino y hago mis cositas»

Luego, entra a un cuarto oscuro y saca varias fundas… donde estarían los regalos de hoy… Quinua, maiz, mandarina, huevos… y con el combo agrandado del alma sacudida por tanta bondad, entrega… eso es #ruralear!!! dejarte tocar por la bondad de aquellos que no hacen lo que tu, pero que te dan lecciones de vida que tu no aprendes en las aulas.

NO existe manera de describir esto… lo que siento… lo que pienso mientras veo la foto y recuerdo a Emilia y Avelino… mientras pienso en Patután… y en los «cinco meses que le quedan» a la doctora «altita» «gringuita» (como me dicen)…

Tengo el alma llena de gratitud, no por lo que logro hacer, sino por lo que diariamente siento que las personas hacen en mí.

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