Día 69 (10-04-2013) «Mandaron a decir del hospital…»

No es que el día representa alguna festividad nacional, mucho menos mundial como esos días mundiales del yodo, de la salud, de no fumar… etc. Simplemente este día fue histórico porque logré almorzar antes de las dos y media de la tarde y porque salí del subcentro a las cuatro y media; usualmente nada de eso pasa, sin embargo hoy fue distinto.

Recibí un recado de algún profesional de la salud que ofrece sus servicios en el Hospital General de Latacunga, el mensaje que me dio la mamá de aquel paciente pequeñin fue «mandaron a decir del hospital que si quiere que le hagan lo que pidió a mi hija (nebulizaciones), mande los medicamentos! y que no hay que comprar fuera jarabes, porque todo hay en el subcentro!». Me callé inhalé amor y exhalé paz. Ahora les cuento lo que pasó con esta pequeña cuando llegó a mi consultorio: llega una mañana la mamá con la nena con fiebre, secreción en los pulmones (estertores), congestionada completamente, la doctora Niche decide darle medicación pero resulta que a la pequeña el efecto de la Amoxicilina en su cuerpo es tan parecido al efecto de chuparse un caramelo, entonces sugiero Amoxicilina + Ácido Clavulánico que potencia el efecto, pero !oh sorpresa! el medicamento se ha agotado en la farmacia del subcentro de salud de Patután, así que sugiero y sobre todo consulto a la mamá sobre la posibilidad de adquirir el medicamento en una farmacia (procedimiento prohibido por el Ministerio de Salud Pública), ella acepta; siguiente paso, si la enana tiene congestión pulmonar, lo obvio es que alguien tenga la caridad de hacerle una nebulización, si la doctora Niche tuviera una maquinita para nebulizar, mascarillas para nebulizar, salbutamol o algún otro medicamento para nebulizar, ¿por qué rayos estaría mandando a la paciente al hospital con una nota en la que les pido de favor hacerle nebulizaciones a la criatura?. Fácil es criticar para aquel que me mandó el recado y que pasa en un HOSPITAL con servicios de laboratorio, imagen, maquinitas para nebulizar, maquinitas para dar oxígeno, implementos para realizar procedimientos, medicamentos como claritromicina (que yo no tengo), salbutamol en gotas (que tampoco tengo) y así algunas cositas más… en fin.

Ya casi al terminar la jornada, llega don Ulbino, que por favor lo atienda porque le ha salido «una bola detras de la rodilla», le hago el interrogatorio (anamnesis) y resulta que hace UN MES le salió una bolita pequeña pero que ahora se hizo tan grande que le duele hasta caminar, luego el examen físico, le pido que se acueste boca abajo, palpo la parte posterior de la rodilla derecha y lo primero que pensé fue en Quiste de Baker , así que en unos días más sabré si es que se confirma mi diagnóstico o no (tengo ilusión de que si).

Parte de la noche la he dedicado a retomar el libro que empecé hace tanto y que me emociona con cada nueva página, hasta he preparado café (para que me sirva de compañero) y lo he colocado en el que fue el regalo de grado que me dieron mi ñaña de pila Vero, su esposo el negrito y mi hermosa Emilita.

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Ha sido un gran día a pesar del recadito, ojalá que el doctor Itamar si llega a leer esto ni se enoje ni me rete…

 

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