Día 22 (22-02-2013) «Angie»

Mi tercera paciente pasó por la puerta acompañada de otra niña. La verdad no sabía cuál de las dos era la paciente, la bebé o la niña… cuando pregunté por la paciente, supe que Samantha la bebé de 1 año y 4 meses era a la que tenía que atender. Le pregunté a la niña qué parentesco tenía con Samantha y me dijo «es mi prima», pero vine porque mi tía no la puede traer porque trabaja. Entonces dije que no había problema y examine a la nena y le prescribí medicación. Samantha y su prima se fueron y yo seguí con la rutina.

Horas después, llamo a otro de mis pacientes, los que corresponden a la jornada de la tarde, entonces lo llamo… entra Alexander acompañado de dos niñas conocidas. Me sorprendí y dije «aquí hay algo raro». Les pedí que se sienten y procedí a hablar con la niña de la mañana, la prima de Samantha, le pregunté su nombre, me dijo que se llama Angie… Entonces le dije Angie, cuéntame de ti, ¿qué haces?, me mira y me dice «arreglo la casa, barro, hago la comida, lavo» yo de verdad estaba intentando respirar profundo e intentar entender y asimilar lo que esta niña me decía, le pregunté la edad, me responde «tengo 13 años», vas al colegio? «sí! de una a seis», ¿qué pasó hoy? «no pude ir porque tenía que venir con ellos para que los atiendan», ¿quién es Alexander? «mi hermano», ¿va a la escuela? «sí! de siete a una», ¿quién se queda con él cuando vas al colegio? «se queda solito»…

De verdad yo no podía más!!! quería llorar, salir gritando, romperme la cabeza y entender cómo es posible que una niña de 13 años sea ama de casa, niñera y estudiante… todo menos adolescente. Me ardía por dentro el alma pero tenía que mantenerme en calma o por lo menos aparentar.

… ¿y tus padres? «mi mamá trabaja desde las siete hasta las seis de la tarde, mi papá trabaja en Latacunga en un negocio y vuelve a las ocho de la noche»…

Hubo un momento en el que de verdad quise ir a buscar a los padres de esos niños y mandarlos a la misma punta de un cuerno por hacer eso… pero… wait a minute! ¿qué puedo reclamarles yo? sí, yo que toda una vida me la pasé en la comodidad de la casa, que me levanté de la cama y casi nunca tuve que tenderla porque alguien hacía eso por mí, yo que aprendí a cocinar ya en los últimos años de colegio y eso de mala gana porque mi papá se moría por enseñarme, yo que fui a la escuela y colegio todos los días porque nada me dolía, porque no me faltaba nada… que siempre tuve hasta aquello que no pensaba que tendría…

Porque mi vida ha sido distinta, no quiere decir que esa es la vida que tienen todos.

La vida de papá era así, mis abuelos campesinos dejaban en casa a sus hijos, les daban a cada uno tareas de la casa y volvían tarde, después de arar y trabajar en el campo. Pero todos sus hijos fueron a la escuela, todos aprendieron a cocinar, a lavar, a barrer… a vivir! ¿Fue justo lo que vivieron? no! no lo fue, sin embargo, así les tocó vivir a ellos… así le tocó vivir a mi papá, para que con el tiempo y con todo lo vivido y aprendido, un día tenga una hija médico, acostada en la cama de un hotel, escribiendo desde una Mac y llorando por una niña que tiene que vivir lo que él y mis tíos vivieron para convertirse en quienes son.

Este es el primer #ruraleando que escribo entre lágrimas, de hecho me cuesta un poco escribirlo… cómo me duele Angie!!! me duele en gajo!!! es una niña! una niña! haciendo de todo menos lo que para su edad debería hacer.

Esta es la realidad a la que sabía que me enfrentaría en este año y no por eso deja de dolerme… se que vendrán otras experiencias, otros dolores, otras alegrías… todas, todas vendrán para cambiarme la vida… porque así ha sido desde el inicio de esta profesión, porque cada vida que ha llegado a tocar la mía me ha hecho crecer, me ha enseñado a vivir

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Y gracias a la sugerencia de Cirujano Maravilla hoy inserto un poema de Miguel Hernández hecho canción por el maestro Joan Manuel Serrat… que cae «papelito» y bien fuerte para este tema «niño yuntero»

«Me da su arado en el pecho,
y su vida en la garganta,
y sufro viendo el barbecho
tan grande bajo su planta.

¿Quién salvará a este chiquillo
menor que un grano de avena?
¿De dónde saldrá el martillo
verdugo de esta cadena?

6 comentarios

  1. Carlos dice:

    Deberías escuchar «el niño yuntero» …..J. M. Serrat

  2. negra dice:

    Precisamente es la realidad de la que hablábamos el otro día, niñas (o niños) sin infancia o adolescencia, que tienen que «se hacen viejos» antes de tiempo. Hay Angies madres a esa edad. Eso es lo peor de todo. Niñas que acunan niños, cuando deberían tener en las manos un juguete.

    Esta realidad me indigna y también me duele. Gracias por escribir esto Denisse.

  3. juan dice:

    me has dejado reconchinflado como decias tu mi corazon se estremecio al momento de leer lo que tan tinosamente escribes doctorita preferida hermana mia he llorado no es muy facil que yo lo hago me has tocado el corazon ahora que tengo un niño por quien cuidar y por quien vivir que duro que se me hace leer cosas como estas nosotros que lo tuvimos todo y ellos que no tienen nada dios los bendiga por que ellos seran los mejores el dia de mañana por valientes

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